
Sistemas de calefacción
Con muchos medios de calefacción, como la electricidad, la calefacción urbana, la energía geotérmica, el gas o el gasóleo, la calefacción se enciende pulsando un botón o utilizando un regulador. En cambio, los sistemas de calefacción que utilizan combustibles sólidos (madera, pellets de madera, carbón) requieren más esfuerzo. Además, los sistemas de calefacción que utilizan combustibles sólidos pueden provocar molestias por humos y olores. Sin embargo, si se siguen algunos consejos prácticos y ciertas normas, éstas pueden reducirse al mínimo.
Selección del combustible
En primer lugar, la elección correcta del combustible es crucial. En chimeneas, estufas y calderas, sólo deben utilizarse los combustibles especificados por los fabricantes en las instrucciones de uso de las chimeneas correspondientes.
Está prohibido quemar papel, cartón, textiles, cuero o incluso plástico. La quema de tales materiales no sólo provoca una considerable contaminación ambiental, sino que también tiene un efecto negativo sobre la vida útil del aparato.
Si utiliza carbón, asegúrese de que tenga un bajo contenido de azufre.
Madera como combustible
Si se va a utilizar madera como combustible, es importante emplear únicamente madera natural sin tratar. No está permitido quemar madera pintada, recubierta o encolada, ni tampoco residuos de madera tratada.
La leña sin tratar debe estar suficientemente seca, es decir, almacenada durante al menos dos años, protegida de la lluvia y bien ventilada. Sólo podrá utilizarse si el contenido de humedad de la madera es inferior al 25 %. En las tiendas de bricolaje se pueden adquirir a bajo precio aparatos adecuados para medir la humedad.
Manejo especializado
La chimenea debe ser manejada por un experto. Las condiciones de evacuación de los gases de combustión a través de la chimenea deben cumplir los requisitos legales de la Ordenanza sobre instalaciones de combustión pequeñas y medianas. Sólo así los gases de combustión podrán evacuarse al flujo de aire libre sin perturbaciones y se evitarán en la medida de lo posible las molestias causadas por los gases de combustión. Si tiene alguna duda, también puede ponerse en contacto con su deshollinador.
Si sigue todas estas instrucciones, nada le impedirá disfrutar de un calor acogedor y el vecindario y el medio ambiente no se verán excesivamente perjudicados.
Reclamaciones
Aunque la estufa funcione de forma competente con combustibles autorizados, no se puede descartar por completo que el vecindario se vea afectado por el humo y los olores, especialmente durante la fase de calentamiento. En caso de molestias permanentes o de columnas de humo muy descoloridas, el Departamento de Protección del Medio Ambiente de la ciudad de Jena estará encantado de ayudarle.
Estufas con el Ángel Azul
Los productos etiquetados con el Ángel Azul son especialmente respetuosos con el medio ambiente. Ahora también hay estufas de leña con la etiqueta ecológica. Éstas producen emisiones especialmente bajas y, por tanto, cumplen requisitos más estrictos que los prescritos por la ley.
Por ello, cuando compre una estufa nueva o sustituya una antigua, le recomendamos que elija una estufa certificada con el Ángel Azul.
En el sitio web del Ángel Azul encontrará un resumen de los productos certificados y todos los criterios de concesión.
Chimeneas en la zona de calefacción urbana
En las zonas de suministro de calefacción urbana de la ciudad de Jena se aplican normas especiales para chimeneas y estufas. Según el apartado 5 del artículo 7 del reglamento de calefacción urbana, la construcción y el funcionamiento de chimeneas y estufas de leña están permitidos siempre que no se utilicen exclusivamente para la calefacción de edificios. Esto significa que la chimenea o estufa sólo puede funcionar ocasionalmente, como máximo 8 días al mes durante 5 horas seguidas. Además, la chimenea o estufa de leña sólo puede alimentarse con leña no tratada y curada durante al menos 2 años.
Richtig heizen mit Holz - Bundesumweltministerium
Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear, 2016.